martes, 26 de julio de 2011

Lindas formas de colgar fotos y cuadros en la pared.

Encontré unas guías buenisimas que nos pueden dar muy buenas ideas para colgar fotos en la pared sin que parezcan puestas al azar. Recordemos que todo se ve más lindo y armonioso, si se nota que tuvo una intención.

GUIA 1



GUIA 2


También tenemos algunos muy lindos ejemplos que podemos usar, ¡o también adaptar para nuestros hogares!


 Esta es ideal para marcar no solo las escaleras, sino también una rampa o alguna pared irregular en donde querramos remarcar justamente... las curvas o desniveles.



Esta segunda opción aunque divertida, pienso que no es muy recomendable ya que puede parece que "la pared (o deco) se te viene encima", y pasaría a ser un espacio poco confortable.



¡Aquí tenemos una preciosa! Es genial para hacer un homenaje o destinar, como en este caso, ese espacio a un nuevo integrante de la familia. ¡Bien por este preciosa distribución! No sólo de tamaños, sino también está cuidado el tipo de cuadro. Fijensé que algunos tienen passepartout y otros no. También, se puede agregar una frase o sólo una palabra de referencia para esa imagen. ¡Muy lindo!



Pero... la que más me gusta es esta opción. Moderna, divertida, descontracturada, que también utiliza otro elemento decorativo en auge por estos días: el vinilo decorativo. O también puede ser pintado a mano, para aquellos que tienen creatividad y técnica. ¡Me encantó!  Seguramente lo pondré en práctica.


Quiero agradecer al sitio Pinterest (http://pinterest.com/) por tan lindas ideas, de donde tomé las bases.

Poemas, poemas, poemas...

Dando vueltas por internet, encontré un poema muy lindo y lo comparto con todos!

Poema Isla de Virgilio Piñera
Aunque estoy a punto de renacer,
no lo proclamaré a los cuatro vientos
ni me sentiré un elegido:
sólo me tocó en suerte,
y lo acepto porque no está en mi mano
negarme, y sería por otra parte una descortesía
que un hombre distinguido jamás haría.
Se me ha anunciado que mañana,
a las siete y seis minutos de la tarde,
me convertiré en una isla,
isla como suelen ser las islas.
Mis piernas se irán haciendo tierra y mar,
y poco a poco, igual que un andante chopiniano,
empezarán a salirme árboles en los brazos,
rosas en los ojos y arena en el pecho.
En la boca las palabras morirán
para que el viento a su deseo pueda ulular.
Después, tendido como suelen hacer las islas,
miraré fijamente al horizonte,
veré salir el sol, la luna,
y lejos ya de la inquietud,
diré muy bajito:
¿así que era verdad?